Es una ciudad muy grande, de amplias avenidas salpicadas por casas blancas y ocre, callejillas llenas de geranios e imágenes religiosas en cada esquina.
Un rincón de Sevilla |
Riquísima la arquitectura, la funcionalidad de cada edificio y la genialidad de cada lugar público. Me pasaría la vida en cada una de las iglesias de Sevilla o sentada en un patio andaluz. Pero sin duda, las vistas panorámicas del atardecer sevillano desde las "Setas de Sevilla" me enamoraron de la ciudad. Ver cada una de las iglesias iluminadas frente a la oscuridad de la noche sobrecoge a cualquiera.
Giralda de Sevilla |
Poco más pude ver ya que al día siguiente fuimos a Málaga. Quise ir a ver la exposición del Hermitage pero fue imposible encontrar la sala que la albergaba (pésima la información y nadie sabía de que se trataba), así que fuimos al Museo Carmen Thyssen, que para mía fue espectacular: obras desde escenas costumbristas, (pasando por retratos anónimos, escenas andaluzas y episodios históricos), hasta paisajismo nacional e internacional del siglo XIX y XX. También visitamos el Museo Picasso, que personalmente no me gustó tanto como el anterior, ya que las obras de Picasso son demasiadas abstractas para mi gusto, pero las de juventud son bastante buenas.