Este fin de semana pasado, pude (increíblemente) ir a Madrid. Después de este mes intenso, volver a reunirme con aquellos que cambiaron parte mí en verano lo volvieron a hacer en dos días. Que digo, día y medio. No estábamos todos, pero se sentía el mismo entusiasmo que hacía dos meses... He llegado a conocer mejor a todos ellos, hemos reído, reflexionado, pasado miedo... Compartir en todos los sentido y volver a darle significado a lo que significa la palabra unión. Es difícil llevar esos recuerdos a tantos kilómetros de distancia. Joder, nunca había sufrido la distancia, y ahora, me mata. Pero de recuerdos se vive. Siempre. Ese es mi principio, y esto feliz de que ellos lo ocupen.
Estoy segura de que esto es para siempre. No se va a quedar en un verano. No quiero, me niego. Yo antes no creía en estos cambios tan repentinos, ni me esperaba que fuera así. Sin duda es lo mejor que me ha pasado en la vida, conocerles.
Espero que si alguna vez alguno de vosotros llega a leer esta entrada, se siente identificado, va por vosotros. Solo puedo deciros gracias, y hasta la próxima.
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